En anteriores artículos os hablamos de ciertas curiosidades que rodean a los prestigiosos exámenes de Inglés de la Universidad de Cambridge pero ya entonces informamos a nuestros lectores de que había muchas más curiosidades y “secretos” que se quedaban fuera para ser comentados en futuras entradas.
Recordemos que la última curiosidad de la que estuvimos hablando, en el anterior artículo relacionado con los exámenes de Cambridge English, fue las impresionantes medidas de seguridad que se siguen para garantizar la validez de dichas pruebas, evitando cualquier tipo de filtración y/o falsificaciones.
Precisamente, otro de los secretos de Cambridge English tiene que ver también con el tema de la seguridad y es que la Universidad de Cambridge dispone de un auténtico “almacén secreto”, situado en las afueras de la ciudad que vio nacer dicha universidad. Se trata de un inmenso almacén, de hecho, el edificio que lo alberga era un antiguo hangar aeronáutico, con lo que nos podemos hacer idea de las dimensiones de dicho almacén.
El objetivo principal de semejante almacén es guardar todos los exámenes que se van desarrollando con el paso de los años. Allí se envían los exámenes nuevos que se crean para realizar las pruebas oficiales cada año y también los exámenes una vez que han sido realizados por los numerosos candidatos que se presentan a las distintas convocatorias que van teniendo lugar.
Un almacén al que se envían todos los exámenes de Cambridge English, donde se almacenan y protegen los diferentes documentos y donde, finalmente, se acaban destruyendo los exámenes una vez han sido realizados y corregidos.
El acceso del personal trabajador a dicho almacén está totalmente controlado y la Universidad de Cambridge, de nuevo, vuelve a ser increíblemente estricta en este aspecto. Para que nos hagamos una idea, hemos de saber que no se permite la entrada de móviles, cámaras ni ningún otro dispositivo de grabación dentro de sus instalaciones o que están prohibidos elementos de vestir como los tacones o las faldas, entre otros, así como también se obliga a todos los trabajadores a utilizar chaleco fluorescente dentro de estas instalaciones.
Relacionado con el famoso almacén secreto de Cambridge está también la siguiente curiosidad, y es que no todo el mundo sabe que todas las personas que trabajan dentro de dicho almacén están obligadas a firmar un contrato de confidencialidad si quieren ejercer su trabajo dentro de dichas instalaciones. Al fin y al cabo, todos estos empleados están en continuo contacto con los diferentes exámenes de Cambridge English, así como con otros documentos y publicaciones igual de relevantes para la institución encargada de sacar adelante tan importantes pruebas.
A la hora de formalizar su contrato de trabajo, todos los empleados deben firmar una cláusula de confidencialidad con la que se comprometen a no filtrar ninguno de los contenidos que van a visualizar y leer en dicho almacén a lo largo de toda su vida laboral, o al menos, mientras ésta esté vinculada a la Universidad de Cambridge. Del mismo modo, los hijos de dichos trabajadores tienen prohibido presentarse a ninguno de estos exámenes, con lo que no podrán obtener ninguno de los títulos oficiales de Cambridge English.
Si esta última cláusula de confidencialidad te parece increíble, no menos sorprendente te resultará saber que la Universidad de Cambridge realiza un gasto anual de más de 7 millones y medio de euros en mensajería dedicada solamente al tema de sus exámenes de Inglés. Para entender tremendo desembolso, hemos de saber que los nuevos exámenes que se crean cada año son posteriormente clasificados y depositados en bolsas fabricadas con un plástico especial, para finalmente cerrar dichas bolsas herméticamente mediante un proceso automático que no da lugar a errores.
Una vez selladas, estas bolsas sólo podrán ser abiertas el mismo día del examen. Pero para asegurarse de que esto es así, Cambridge contrata a empresas de mensajería muy concretas, como por ejemplo UPS o DHL, lo que incrementa los costes considerablemente. Y es que tenemos que entender que no todos los servicios oficiales de correo postal repartidos a lo largo del mundo son fiables y mucho más sabiendo que las exámenes de Cambridge se realizan en más de cien países de todo el mundo y en algunos de estos países la corrupción está a la orden del día, por lo que la Universidad de Cambridge llega incluso a contratar agentes de seguridad para garantizar el correcto envío y manipulación de los paquetes que contienen sus codiciados exámenes.
Curioso también es saber cómo fue el primer de examen de Cambridge English que se celebró allá por el año 1913. En dicho examen, los tres primeros candidatos que se enfrentaron a este tipo de pruebas tuvieron que demostrar su valía dentro del nivel “Proficiency” que, como muchos de vosotros sabréis ya, se trata del nivel evaluable de Inglés más alto que contempla Cambridge.
Este primer examen incluía diversas pruebas, entre ellas un ensayo sobre el “Prerrafaelismo Inglés”, otro sobre la Revolución India de 1857 o una cuestión relativa a Matthew Broad, un famoso poeta de la época victoriana. Semejante examen duró nada más y nada menos que 13 horas, un verdadero récord y más sabiendo que actualmente el examen que evalúa el mismo nivel “Proficiency” dura “tan sólo” 7 horas, es decir, casi la mitad de tiempo.
Para terminar el artículo podemos hablar de la última vez que se introdujeron cambios en los exámenes de Cambridge English, concretamente del pasado año 2015, año en el que se instauraron importantes novedades en las diferentes pruebas que componen las ya clásicas modalidades de exámenes oficiales. Por ejemplo, se rediseñó el examen asociado al FCE (el conocido como “First”) para que durara media hora menos de lo que venía durando hasta entonces. Este cambio no fue sencillo ya que se trataba de mantener un diseño que permitiera seguir evaluando eficientemente el mismo nivel de Inglés y las destrezas asociadas al mismo pero en una menor cantidad de tiempo.
También podemos hablar de las modificaciones que sufrió el examen asociado al CAE (comúnmente llamado “Advanced”). En este caso, el examen pasó de tener una extensión de 5 páginas a otra de 4, para ello se tuvieron que unificar la parte dedicada al “Reading” y la denominada “Use of English” dentro de una misma página del examen. Por si esto fuera poco, se tuvo que adaptar todo para que las distintas pruebas pudieran ser completadas por los candidatos contando con 45 minutos menos de la duración establecida para dicho examen hasta la fecha.
Hay muchas otras anécdotas y curiosidades que podríamos comentar con respecto a los exámenes de Cambridge, y quizá lo hagamos en futuras entradas, pero por ahora damos por finalizado este ciclo de artículos.
Gracias a todos estos secretos y curiosidades entendemos a qué se destina el dinero que pagamos por presentarnos a estos reconocidos exámenes y por qué tienen tanto prestigio y validez a nivel internacional. Quizá sabes alguna anécdota más que no hemos comentado aquí, con respecto a los exámenes de Cambridge English. Si quieres hacérnosla llegar, puedes escribirnos a info@academiadublin.es, publicarla en un comentario asociado a este artículo o compartirla con nosotros en cualquiera de las redes sociales en las que estamos presentes (Facebook, Twitter y Google+).
Recuerda también que podemos ayudarte a prepararte cualquiera de estos exámenes y gracias a nuestra fusión con CEIN, disponemos de instalaciones propias donde también podrás examinarte de dichos exámenes, accediendo de una forma cómoda y sencilla a unas acreditaciones que están más de moda que nunca.
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